Deep Web: lo bueno, lo malo y lo feo

Por Alfredo Sánchez•Estudios Socioterritoriales 

Imagínate por un segundo un iceberg llamado internet, ahora imagínate que la punta de ese iceberg está hecha de Google, Facebook, Whatsapp, YouTube, y las páginas que más frecuentemente visitas. Todo lo que está debajo de ese iceberg y que no puedes ver es la deep web. Éste es el término usado para describir al conjunto de bases de datos y sitios web que no son indexados por los motores de búsqueda por distintas razones.

Se cree que aproximadamente el 96% de los contenidos que existen en internet no son accesibles mediante los motores de búsqueda convencionales como Google, Yahoo y otros, por tanto lo que de por sí nos parece inmenso del internet en realidad es una fracción mínima. Así como las posibilidades que el internet convencional nos ofrece.

Entre algunas de las formas en las que podemos acceder a ella es a través del servidor TOR, acrónimo para The Onion Router -conocidos como relé o repetidores- con tres capas de cifrado entre el usuario y cada relé antes de enviar el tráfico a la Internet pública. Gracias a esto la deep web nos permite cierto nivel de anonimato en la red y acceder a sitios y servicios que no se encuentran fácilmente.

Imagen de: wellcomeimage.org

Entre las ventajas que tenemos, es que ésta previene que un tercero vea los contenidos que vemos en internet y que descubran tu ubicación física a través de tu IP. Podemos entrar a sitios web que se encuentran bloqueados por los gobiernos. En el caso de la Primavera Árabe la deep web jugó un papel fundamental para comunicarse entre los opositores a los regímenes que prohibían el uso de Facebook y Twitter. También podemos encontrar libros que fueron censurados por gobiernos fomentando así la libertad de expresión.

El lado oscuro de la deep web es el que ha sido más explorado, en él podemos encontrar literalmente de todo. Desde sitios web donde se hacen fanfictions de personajes de Disney hasta sitios de pornografía infantil, podemos encontrar venta de armas, órganos hasta sitios donde puedes contratar asesinos.

Así como la pólvora en un principio se usó para abrir caminos y se terminó convirtiendo en arma; cualquier tecnología puede usarse para el bien o para el mal. Dependerá del usuario y su capacidad de discernimiento el utilizar una herramienta tan poderosa como lo es la deep web.

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